domingo, 12 de agosto de 2012

¿Existe una "epidemia" de cáncer?


Un concepto erróneo común surge de las historias de las noticias que sugirien que estamos experimentando una "epidemia" de cáncer. Esto sólo parece deberse a que el número de casos nuevos de cáncer reportados está aumentando a medida que la la población está creciendo y envejeciendo. Las personas mayores tienen una probabilidad mayor de desarrollar cáncer; sin embargo, esta tendencia es contrarrestada por los nuevos nacimientos, los cuales también están aumentando, y el cáncer es raro en la gente joven. Entonces a medida que más y más miembros de una población de "baby boomers" que incluye 75 millones de personas empiezan a cambiar en masa a edades más avanzadas y más propensas al cáncer, el número de casos nuevos de cáncer se espera que aumente en las próximas décadas. Sin embargo, debido a que la tasa de nacimientos también se espera que aumente, la tasa del cáncer puede permanecer igual o, tal vez, declinar.

La contaminación industrial


El hecho de que diversas sustancias químicas en el ambiente pueden causar cáncer ha creado la idea de que la contaminación industrial es una causa frecuente de cáncer. Sin embargo, a través del medio siglo pasado, la frecuencia de la mayoría de los cánceres humanos ha permanecido relativamente constante a pesar de la creciente contaminación industrial. Por lo tanto, a pesar de que existe evidencia de que las substancias químicas industriales pueden causar cáncer en las personas que trabajan con ellas o en aquéllas que viven cerca de estas substancias, la contaminación industrial no parece ser una causa principal en la mayoría de los cánceres en la población en general.

Evite los carcinógenos en el trabajo


Debido a que las personas pasan mucho tiempo en el trabajo, se han estudiado cuidadosamente los carcinógenos potenciales en el ambiente de trabajo. Se han identificado algunos carcinógenos en los sitios de trabajo debido a que las personas que han trabajado juntas han estado expuestas a las mismas substancias y han desarrollado un tipo en particular de cáncer con una frecuencia incrementada. Por ejemplo, se ha encontrado que los índices de cáncer son 10 veces más altos que lo normal en los trabajadores de la construcción que laboran con asbestos.

Evite los virus relacionados con el cáncer


Se pueden tomar medidas preventivas para evitar la exposición al limitado número de virus que han sido implicados en los cánceres humanos. Un buen ejemplo es el virus del papiloma humano. De los más de 100 tipos de virus VPHs, más de 30 tipos pueden ser transmitidos de una persona a otra a través del contacto sexual. Entre ellos hay 13 tipos de alto riesgo reconocidos como la causa principal de desarrollar cáncer cervical. El tener muchas parejas sexuales es un factor de riesgo para la infección con estos virus VPHs de alto riesgo, lo cual puede a su vez, aumentar la probabilidad de que las anormalidades cervicales leves progresarán a unas más severas o al cáncer cervical.

La dieta: consuma frutas y verduras


A diferencia de los factores como la grasa y las calorías, las cuales parecen aumentar el riesgo de desarrollar cáncer, otros componentes de la dieta pueden reducir dicho riesgo. La evidencia más considerable se ha obtenido de las frutas y verduras, cuyo consumo está sumamente correlacionado con una reducción en el riesgo de desarrollar cáncer. Aunque todavía no se han identificado en estos alimentos los componentes químicos responsables de estos efectos protectores, muchos grupos involucrados en la prevención del cáncer recomiendan comer de cinco a nueve porciones de frutas y verduras al día.

La dieta: limite las grasas y calorías


Los estudios sugieren que las diferencias en la dieta también pueden jugar un papel importante en la determinación del riesgo de desarrollar cáncer. Pero a diferencia de los riesgos de desarrollar cáncer ya identificados como el tabaco, los rayos solares y el alcohol, ha sido difícil determinar los componentes dietarios que influyen en el riesgo de desarrollar cáncer. El limitar el consumo de grasas y la ingestión de calorías parece ser una estrategia posible para disminuir el riesgo de desarrollar algunos cánceres, por eso las personas que consumen grandes cantidades de carnes, las cuales son altas en grasas y grandes cantidades de calorías exhiben un riesgo incrementado de desarrollar cáncer, especialmente el cáncer de colon.

Limite el alcohol y el tabaco


El beber excesivas cantidades de alcohol está ligado a un riesgo incrementado de desarrollar varios tipos de cáncer, especialmente los cánceres de la boca, la garganta y el esófago. La combinación del alcohol y el tabaco parece ser especialmente peligrosa. Evidentemente la combinación del alcohol y el tabaco representa un riesgo mayor de lo que se pudiera esperar al sumar los efectos de estos dos.

Protéjase contra los rayos excesivos del sol


Aunque algo de la luz del sol es buena para la salud, el cáncer de la piel causado por la exposición excesiva a los rayos del sol no se encuentra entre los beneficios del sol. Quizá porque algunos tipos del cáncer de la piel son fáciles de curar, el peligro representado por demasiada exposición a los rayos del sol tal vez no se toma muy en serio. Por lo tanto, es importante recordar que una de las formas más serias de cáncer de la piel, llamada melanoma, también está relacionada con la exposición excesiva al sol. Los melanomas son tumores potencialmente letales. Se puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar melanomas y otras formas de cáncer de la piel evitando la exposición excesiva al sol, usando lociones o cremas que contengan un bloqueador solar y ropa que proteja su piel contra la radiación ultravioleta.

Evite el tabaco


Como la mayor causa individal de las muertes debidas al cáncer, el uso de los productos de tabaco ha sido implicado en aproximadamente una de cada tres muertes debidas al cáncer. El fumar cigarrillos es responsable de casi todos los casos del cáncer de pulmón y también ha sido implicado en el cáncer de la boca, la laringe, el esófago, el estómago, el páncreas, el riñón y la vejiga. El humo de las pipas y los puros, así como el tabaco para mascar también son muy peligrosos. Por lo tanto, el evitar el tabaco es la decisión personal más efectiva en el estilo de vida que cualquier persona puede tomar para intentar prevenir el cáncer.

La prevención del cáncer


Debido a que la exposición a carcinógenos es la responsable de activar la mayoría de los cánceres humanos, las personas pueden reducir su riesgo de desarrollar cáncer siguiendo ciertos pasos para evitar dichos agentes. Así pues, el primer paso en la prevención del cáncer es identificar los comportamientos o exposiciones a ciertos tipos particulares de carcinógenos y virus que representan el mayor peligro para desarrollar el cáncer.

El cáncer tiende a corromper el ambiente vecino


Además de todos los cambios moleculares que ocurren dentro de una célula cancerosa, el ambiente alrededor del tumor también cambia dramáticamente. La célula cancerosa pierde receptores que normalmente responderían a las células vecinas que señalan para que el crecimiento se detenga. En su lugar, los tumores amplifican su propia provisión de señales de crecimiento. Ellos también inundan a sus vecinos con otras señales conocidas como citoquinas y enzimas llamadas proteasas. Esta acción destruye tanto a la membrana basal como a la matriz vecina, la cual se encuentra entre el tumor y su mecanismo para la metástasis--un vaso sanguíneo o conducto del sistema linfático.

Las mutaciones y el cáncer


Aunque los sospechosos principales de las mutaciones relacionadas con el cáncer son los oncogenes, los genes supresores de tumor y los genes reparadores de ADN, el cáncer conspira aún más allá de éstos. Las mutaciones también se observan en los genes que activan y desactivan a los carcinógenos y en los genes que gobiernan el ciclo celular, la senescencia celular, suicidio celular, señalamiento celular y diferenciación celular. Y aún así otras mutaciones se desarrollan, las cuales le permiten al cáncer invadir y metastatizarse a otras partes del cuerpo.

El cáncer tiende a involucrar mutaciones múltiples


El cáncer puede empezar debido a la acumulación de mutaciones que incluyen a oncogenes, genes supresores de tumor y genes reparadores de ADN. En otras palabras, la formación de una célula cancerosa requiere que se suelten los frenos del crecimiento celular a la misma vez que se activen los aceleradores para el crecimiento celular.

Genes de reparación del ADN


Los "genes reparadores de ADN" son la tercera clase de genes implicados en el cáncer. Los genes reparadores de ADN codifican proteínas cuya función normal es corregir errores que surgen cuando las células duplican su ADN antes de dividirse. Las mutaciones en los genes reparadores de ADN pueden conducir al fracaso en la reparación de ADN, lo cual a su vez permite que mutaciones subsecuentes se acumulen.

La proteina supresora de tumor p53 activa el suicidio de las células


Un gen supresor de tumor en particular codifica la proteína conocida como "p53" la cual puede provocar el suicidio de células. En células que han sufrido daño en su ADN, la proteína p53 actúa como un "freno" que detiene el crecimiento y la división de las células. Si no se puede reparar el daño, la proteína p53, con el tiempo, iniciará el suicidio celular, previniendo así el crecimiento descontrolado de las células genéticamente dañadas.

Los genes supresores de tumor actual como un pedal de freno


Los genes supresores de tumor son una familia de genes normales que ordenan a las células producir proteínas que restringen el crecimiento y la división celulares. Ya que los genes supresores de tumor codifican las proteínas que disminuyen el crecimiento y la división celulares, la pérdida de estas proteínas permite que la célula crezca y se divida de forma incontrolada. Los genes supresores de tumor actúan como los frenos de un automóvil. La pérdida de la función del gen supresor de tumor es como tener frenos que no funcionan apropiadamente permitiéndole a la célula, por lo tanto, que se divida y crezca continuamente.

Los genes supresores de tumor


Un segundo grupo de genes implicados en el cáncer son los "genes supresores de tumor". Los genes supresores de tumor son genes normales cuya ausencia puede conducir al cáncer. En otras palabras, si una célula pierde un par de genes supresores de tumor o si son inactivados por mutación, su falta de funcionamiento puede permitir que el cáncer se desarrolle. Los individuos que heredan un riesgo incrementado de desarrollar cáncer frecuentemente nacen con una copia defectuosa del gen supresor de tumor. Debido a que los genes ocurren naturalmente en pares, un defecto heredado en una copia no causará el cáncer debido a que la otra copia normal aún funciona. Pero si la segunda copia se somete a la mutación, la persona entonces puede desarrollar cáncer porque ya no existe alguna copia del gen que funcione.

Los oncogenes son formas mutantes de protooncogenes


Los oncogenes resultan de la mutación de protooncogenes. Los oncogenes se asemejan a los protooncogenos en el sentido que codifican la producción de proteínas involucradas en el control del crecimiento. Sin embargo, los oncogenes codifican versiones alteradas de estas proteínas de control del crecimiento, alterando de esta manera el mecanismo de señalamiento del crecimiento de las células. Al producir versiones o cantidades anormales de proteínas de control del crecimiento celular, los oncogenes hacen que el mecanismo de señalamiento del crecimiento de la célula se vuelva hiperactivo. Entre más activo esté el mecanismo, más rápido se dividen y crecen las células. Una célula cancerosa puede contener uno o más oncogenes, lo cual significa que uno o más componentes en este mecanismo serán anormales.

Los protooncogenes y el crecimiento normal de las células


Los oncogenes están relacionados con los genes normales llamados protooncogenes, los cuales codifican los componentes del mecanismo de control de crecimiento normal de la célula. Algunos de estos componentes son factores de crecimiento, receptores, enzimas señaladoras y factores de transcripción. Los factores de crecimiento se unen a receptores en la superficie de la célula, lo cual activa a las enzimas señaladoras dentro de la célula, las cuales a su vez activan a proteínas especiales conocidas como factores de transcripción dentro del núcleo de la célula. Los factores de transcripción activados "ponen en marcha" a los genes requeridos para el crecimiento y la proliferación celular.

Los oncogenes


Los genes pueden mutar de diferentes formas. La forma más sencilla de mutación implica un cambio en una base individual a lo largo de la secuencia de bases de un gen en particular. En otros casos, se pueden agregar o eliminar una o más bases. Y algunas veces, grandes segmentos de una molécula de ADN se repiten, se eliminan o se traslocan accidentalmente.

La mutación del ADN


Los genes pueden mutar de diferentes formas. La forma más sencilla de mutación implica un cambio en una base individual a lo largo de la secuencia de bases de un gen en particular. En otros casos, se pueden agregar o eliminar una o más bases. Y algunas veces, grandes segmentos de una molécula de ADN se repiten, se eliminan o se traslocan accidentalmente.

La estructura del ADN


Los genes residen dentro de los cromosomas, moléculas grandes de ADN, las cuales están compuestas por dos cadenas químicas enrolladas alrededor de sí mismas para formar una "doble hélice". Cada cadena está formada por millones de bloques químicos de construcción llamados "bases". El ADN solamente contiene cuatro bases diferentes: adenina, tiamina, citosina y guanina, pero pueden estar arregladas en cualquier secuencia. El orden secuencial de las bases en cualquier gen determina el mensaje que el gen contiene, de igual manera en que las letras del alfabeto se pueden combinar de distintas maneras para formar diferentes palabras y oraciones.

Los genes y el cáncer


Las substancias químicas, la radiación, los virus y la herencia contribuyen, todos ellos, al desarrollo del cáncer activando cambios en los genes de una célula. Las substancias químicas y la radiación actúan dañando los genes, los virus introducen sus propios genes dentro de las células y la herencia transmite alteraciones en los genes que hacen que la persona sea más susceptible al cáncer. Los genes son instrucciones heredadas que residen dentro de los cromosomas de una persona. Cada gen le instruye a una célula cómo construir un producto específico. Los genes se alteran o "mutan" de varias formas como parte del mecanismo mediante el cual surge el cáncer.

El riesgo de desarrollar cáncer y el envejecimiento


Debido a que un cierto número de mutaciones por lo general debe ocurrir para que el cáncer ocurra, la probabilidad de desarrollar cáncer aumenta con el envejecimiento de la persona, debido a que ha estado disponible un tiempo mayor para que las mutaciones se acumulen. Por ejemplo, una persona de 75 años de edad tiene una probabilidad cien veces mayor de desarrollar cáncer de colon que una persona de 25 años. Debido a que las personas hoy en día viven un tiempo más prolongado que hace 50 ó 100 años, ellas tienen más tiempo de exposición a los factores que pueden iniciar los cambios genéticos relacionados con el cáncer.

Las pruebas genéticas


Las pruebas de laboratorio pueden determinar si una persona porta alguna de las alteraciones genéticas que pueden incrementar el riesgo de desarrollar ciertos cánceres. Por ejemplo, las mujeres que heredan ciertos tipos de un gen conocido como BRCA1 ó BRCA2 tienen un riesgo elevado de desarrollar cáncer de seno. Para las mujeres con una historia familiar de cáncer de seno, el realizarse esta prueba puede aliviar incertidumbres sobre su riesgo en el futuro. Sin embargo, la información obtenida de las pruebas genéticas frecuentemente es compleja y difícil de interpretar. La decisión de someterse a estas pruebas genéticas deberá por lo tanto ser personal, voluntaria y se debe tomar únicamente en conjunto con la consejería genética apropiada.

La herencia puede afectar muchos tipos de cáncer


Las mutaciones heredadas pueden influir en el riesgo de una persona de desarrollar muchos tipos de cáncer, además del cáncer de seno. Por ejemplo, se ha descrito que ciertas mutaciones heredadas específicas aumentan el riesgo de una persona de desarrollar cáncer de colon, cáncer de riñón, cáncer óseo, cáncer de la piel y otras formas específicas de cáncer. Pero se piensa que estas condiciones hereditarias están involucradas en sólo un 10 por ciento ó menos de todos los casos de cáncer.

La herencia y el cáncer


El cáncer no se considera como una enfermedad que se hereda debido a que la mayoría de los casos de cáncer, quizá el 80 a 90 por ciento, ocurren en personas sin historia familiar de la enfermedad. Sin embargo, la probabilidad de que una persona desarrolle cáncer puede ser influida por la herencia de ciertos tipos de alteraciones genéticas. Estas alteraciones tienden a aumentar la susceptibilidad del individuo para desarrollar cáncer en el futuro. Por ejemplo, se piensa que aproximadamente un 5 por ciento de los cánceres de seno se deben a la herencia de una(s) forma(s) particular(es) de un "gen de susceptibilidad al cáncer de seno".

Las bacterias y el cáncer de estómago


Los virus no son los únicos agentes infecciosos que han sido implicados en el cáncer humano. La bacteria Helicobacter pylori puede causar úlceras en el estómago y también ha sido relacionada con el desarrollo del cáncer de estómago. Las personas infectadas con H. pylori tienen un riesgo incrementado de desarrollar cáncer de estómago.

El SIDA y el sarcoma de Kaposi


Las personas que desarrollan el SIDA después de ser infectadas con el virus de la inmunodeficiencia humana están en alto riesgo de desarrollar un tipo específico de cáncer conocido como sarcoma de Kaposi. El sarcoma de Kaposi es un tumor maligno de los vasos sanguíneos ubicados en la piel. Este tipo de cáncer no es causado directamente por la infección del VIH. En su lugar, el VIH causa una deficiencia inmunológica que hace que estas personas sean más susceptibles a las infecciones virales. La infección por un virus conocido como HVSK parece estimular el desarrollo del sarcoma de Kaposi.

Los ejemplos de los virus del cáncer humano


En realidad, sólo unos cuantos virus que infectan a las células humanas causan el cáncer. Incluidos en esta categoría están los virus implicados en el cáncer del cuello del útero, cáncer de hígado y ciertos linfomas, leucemias y sarcomas. La susceptibilidad a estos cánceres puede algunas veces transmitirse de persona a persona a través de un virus infectante, aunque tales eventos son responsables únicamente de una pequeña fracción de los cánceres humanos. La transmisión del virus del papiloma humano durante las relaciones sexuales parece estar involucrada.

Los virus


Además de las substancias químicas y la radiación, unos cuantos virus también pueden provocar el desarrollo del cáncer. En general, los virus son agentes infecciosos pequeños que no pueden reproducirse por sí solos, sino que penetran dentro de las células vivas y causan que la célula infectada produzca más copias del virus. Al igual que las células, los virus almacenan sus instrucciones genéticas en moléculas grandes llamadas ácidos nucleicos. En el caso de los virus del cáncer, algo de la información genética viral transportada en estos ácidos nucleicos se inserta dentro de los cromosomas de la célula infectada y esto causa que la célula se convierta en maligna.

El tiempo de demora del cáncer


Las substancias químicas y la radiación que son capaces de activar el desarrollo del cáncer se llaman "carcinógenos". Los carcinógenos actúan por medio de un proceso multifacético que inicia una serie de alteraciones genéticas y estimula la proliferación de células. Usualmente un periodo prolongado de tiempo es requerido para estas fases múltiples. Puede haber una demora de varias décadas entre la exposición a un carcinógeno y el inicio del cáncer. Este periodo entre la exposición y el inicio de la enfermedad es el tiempo de demora.

La radiación de alta potencia


También se han detectado índices incrementados de cáncer en las personas expuestas a las formas de radiación de alta potencia tales como rayos X o radiación emitida por átomos no estables conocidos como radioisótopos. Debido a que estos dos tipos de radiación son más fuertes que la radiación ultravioleta, ellos pueden penetrar a través de la ropa y la piel y dentro del cuerpo. Por lo tanto, la radiación de alta potencia puede causar cánceres en los tejidos internos del cuerpo. Algunos ejemplos incluyen el cáncer causado por la lluvia radioactiva nuclear, el resultado de explosiones atómicas, y los cánceres causados por la exposición excesiva a las substancias químicas radioactivas.

La radiación de baja potencia


Algunos átomos emiten radiación, la cual representa energía que viaja a través del espacio. La exposición prolongada o repetida a ciertos tipos de radiación puede causar cáncer. El cáncer causado por los rayos ultravioleta del sol es el más común en las personas que pasan muchas horas bajo el sol intenso. La radiación ultravioleta de los rayos solares es un tipo de radiación de baja potencia. Los modos efectivos para protegerse contra la radiación ultravioleta y prevenir así el cáncer de la piel son evitar la exposición fuerte y directa al sol y usar ropa protectora. Las lociones protectoras contra el sol reducen el riesgo de desarrollar algunas formas del cáncer de la piel.

El uso del tabaco y el cáncer


Entre los diversos factores que pueden causar el cáncer, el fumar tabaco es el mayor peligro para la salud pública. El humo de cigarrillo contiene más de dos docenas de substancias químicas diferentes capaces de causar el cáncer. El fumar cigarrillos es la causa principal de desarrollar cáncer de pulmón, e igualmente, contribuye a muchos otros tipos de cáncer, incluyendo cáncer de la boca, laringe, esófago, estómago, páncreas, riñón y vejiga. Datos recientes indican que el fumar cigarrillos es responsable de por lo menos una de cada tres muertes debidas al cáncer, haciéndolo la causa individual mayor de muerte por cáncer. Las otras formas de uso del tabaco también pueden causar cáncer.

¿Herencia?¿Comportamiento?¿Otros factores?


En teoría, las diferencias en la herencia o en los factores de riesgo ambientales pueden ser las responsables de los índices de cáncer diferentes observados en los distintos países. Los estudios de personas que se han mudado de un país a otro sugieren que la exposición a los factores de riesgo del cáncer varían por sitio geográfico.

Los estudios basados en la población


Una de las maneras para identificar las diversas causas del cáncer es por medio de los estudios de poblaciones y comportamientos. Este enfoque compara los índices de cáncer entre los diversos grupos de personas expuestos a diferentes factores o que exhiben diferentes comportamientos. Un interesante hallazgo que resultó de los estudios de población demostró que los cánceres ocurren con diferente frecuencia en distintos sitios del mundo. Por ejemplo, el cáncer de estómago es especialmente frecuente en Japón, el cáncer de colon es prominente en los Estados Unidos y el cáncer de la piel es común en Australia.

¿Qué causa el cáncer?


El cáncer muchas veces se percibe como una enfermedad que ataca sin razón alguna. Aunque los científicos aún no conocen todas las razones de ello, muchas de las causas del cáncer ya han sido identificadas. Además de los factores intrínsicos, tales como la herencia, dieta y hormonas, los estudios científicos señalan hacia la existencia de factores extrínsecos clave que contribuyen al desarrollo del cáncer: las substancias químicas, la radiación y virus o bacterias.

Las etapas del tumor


Después de que se diagnostica el cáncer, los médicos formulan las tres siguientes preguntas para determinar qué tan avanzada está la enfermedad:
¿Qué tan grande es el tumor y qué tanto ha invadido los tejidos a su alrededor?
¿Se han extendido las células cancerosas a los ganglios linfáticos regionales?
¿Se ha diseminado el cáncer a otras regiones del cuerpo?
Basándose en las respuestas a estas preguntas, se le asigna al cáncer una "etapa". La probabilidad de sobrevivencia para el paciente es mejor cuando se detecta el cáncer en una etapa más temprana.

La clasificación del tumor


El examen microscópico también provee información respecto a la conducta probable del tumor y su respuesta al tratamiento. Los cánceres con células con mayor apariencia anormal y numerosas células con capacidad para dividirse, tienen la tendencia a crecer más rápidamente, diseminarse a otros órganos más frecuentemente y ser menos afectados por la terapia a comparación de otros cánceres cuyas células son de apariencia más normal. Basándose en estas diferencias en apariencia microscópica, los médicos asignan un "grado" numérico a la mayoría de los cánceres. En este sistema de clasificación, un bajo grado se refiere a los cánceres con pocas anormalidades celulares a diferencia de aquéllos con números mayores.

Carcinoma in situ


Los casos más severos de displasia a veces se conocen como "carcinoma in situ". En latín, el término "in situ" significa "en su lugar", así pues, carcinoma in situ se refiere a un crecimiento descontrolado de células que permanece en su sitio original. Sin embargo, el carcinoma in situ puede convertirse en invasor, maligno metastásico, y por lo tanto, generalmente se remueve quirúrgicamente, si es posible.

La displasia


Además de la hiperplasia, el examen microscópico de la muestra de la biopsia puede detectar otro tipo de condición no cancerosa llamada "displasia". La displasia es un tipo anormal de proliferación excesiva de células, caracterizada por la pérdida en el arreglo del tejido normal y la estructura de la célula. Estas células con frecuencia regresan a su estado normal, pero en ocasiones gradualmente se convierten en malignas. Las áreas con displasia deben ser monitoreadas estrechamente por un profesional médico debido a su potencial para convertirse en malignas. En algunas ocasiones éstas requieren tratamiento.

La hiperplasia


En lugar de detectar un tumor benigno o maligno, el examen microscópico de la muestra de la biopsia a veces detecta una condición conocida como "hiperplasia". La hiperplasia se refiere al aumento de tamaño de un tejido que ocurre por la excesiva tasa de división de células, lo cual conduce a un número de células más grande de lo normal. Sin embargo, la estructura celular y el arreglo ordenado de las células dentro del tejido permanecen normales y el proceso de hiperplasia es potencialmente reversible. La hiperplasia puede ser una reacción normal del tejido hacia un estímulo irritante. Un ejemplo de hiperplasia es un callo que se haya formado en su mano cuando, por primera vez, aprendió a usar una raqueta de tenis o un palo de golf.

Apariencia microscópica de las células cancerosas


Bajo el microscopio el tejido canceroso se caracteriza por su distintiva apariencia. Entre las características que el médico busca están: un gran número de células de forma irregular, dividiéndose, la variación en el tamaño y la forma nuclear, la variación en el tamaño y la forma de la célula, la pérdida de las características especializadas de la célula, la pérdida de la organización normal del tejido y un límite externo mal definido del tumor.

La biopsia


Cuando los síntomas preliminares, la prueba de Papanicolaou, el mamograma, la prueba de PSA o la prueba de sangre oculta en heces o colonoscopia indican la posible existencia de cáncer, el médico entonces tendrá que llevar a cabo una biopsia, la cual consiste en la remoción quirúrgica de una muestra pequeña del tejido para su examen microscópico. Este examen microscópico le indicará al médico si existe en realidad un tumor, y si lo está, si es maligno o benigno. Además, se pueden utilizar microconjuntos para determinar cuáles genes se activan o se desactivan en la muestra o se pueden recolectar perfiles proteómicos para un análisis de actividad de proteína. Esta información le ayudará a los médicos a realizar un diagnóstico más preciso y puede hasta ayudar a una planificación de tratamiento más informado.

Examen de detección del cáncer de colon


Un procedimiento conocido como la prueba de sangre oculta en heces detecta cantidades invisibles de sangre en las heces, lo cual es una posible señal de diversos trastornos, incluyendo el cáncer de colon. La prueba no es dolorosa y se puede hacer en casa o en un consultorio médico junto con un examen rectal. Si se confirma la presencia de sangre en las heces, se pueden llevar a cabo pruebas más sofisticadas para encontrar la fuente del sangrado. Algunas otras opciones incluyen la sigmoidoscopia y la colonoscopia. El primer examen utiliza un instrumento con luz conocido como sigmoidoscopio para encontrar crecimientos precancerosos o cancerosos en el recto y colon inferior. El segundo examen utiliza un instrumento con luz conocido como colonoscopio para encontrar crecimientos precancerosos o cancerosos por todo el colon, incluyendo la parte superior.

Pruebas de detección del cáncer de la próstata y de ovario


Los médicos frecuentemente utilizan la prueba de PSA y el examen rectal digital como pruebas de detección del cáncer de la próstata; juntas, estas pruebas pueden ayudar a los médicos a detectar cáncer de la próstata en hombres que no presentan síntomas de la enfermedad. Sin embargo, la mayoría de los hombres con una prueba de PSA elevada resulta que no presentan cáncer; sólo entre 25 a 30 por ciento de los hombres que se realizan una biopsia debido a niveles de PSA elevados, en realidad presentan cáncer de la próstata, por lo que los investigadores están colaborando arduamente para encontrar nuevas pistas.

Exámenes de detección del cáncer de seno


Algunas veces el cáncer del seno puede ser detectado en sus primeras etapas por medio de un mamograma, el cual es una radiografía del seno. La mamografía beneficia más a las mujeres a medida que envejecen y a aquéllas que están pasando por la menopausia. La mamografía es una herramienta de detección que puede detectar la posible presencia de una masa de tejido anormal. Por sí sola, la mamografía no es lo suficientemente precisa para proporcionar una evidencia definitiva de la presencia o ausencia del cáncer de seno. Si un mamograma indica la presencia de una anormalidad, se harán más exámenes adicionales para determinar si en realidad está presente el cáncer de seno.

Examen de detección del cáncer cervical


Una técnica de detección conocida como la prueba de Papanicolaou permite la detección temprana del cáncer cervical, la porción estrecha del útero que se extiende hacia abajo dentro de la parte superior de la vagina. En este procedimiento, un médico utiliza un cepillo pequeño o un raspador hecho de madera para remover una muestra de células del cérvix y de la parte superior de la vagina. Después, las células son colocadas en un portaobjetos y enviadas a un laboratorio en donde se utiliza un microscopio para detectar anormalidades. Desde la década de 1930, la detección temprana por medio del uso de la prueba de Papanicolaou ha ayudado a disminuir los índices de muerte a causa del cáncer cervical en más de un 75 por ciento. Puede ser necesaria una prueba adicional si se llegan a encontrar anormalidades. Actualmente hay 13 tipos de alto riesgo de papilomavirus humanos reconocidos como la causa principal del cáncer cervical.

El cáncer en etapa temprana puede no tener algún síntoma


Algunas personas visitan al médico únicamente cuando sienten dolor o cuando notan cambios, como por ejemplo, una masa o nódulo en el seno o sangrado o descarga fuera de lo común. Pero no espere hasta ese momento para ser examinado(a) debido a que el cáncer en etapa temprana puede no tener algún síntoma. Esa es la razón por la cual los exámenes de detección para algunos cánceres son importantes, particularmente a medida que se envejece. Los métodos de detección están diseñados para detectar el cáncer en las personas sin síntomas.